
Aquella tarde tan hermosa, en la que tu mirada me cautivo, aquella tarde en la que todos mis sentidos se comunicaron contigo. Mi mente se deleita con esos pensamientos tan maravillosos, recuerdo tu olor mágicamente dirigido hacia mí en las alas del viento. Donde mi olfato pudo captar tu divina esencia tan pura y deleitante. Adore tu cara ese momento, tus ojos cerrados disfrutando de cómo la brisa corría por tu cuerpo, tu cabello interrumpiéndome el observar tu cara, pero delicadamente colocado para aumentar tu belleza. Tus labios rojos y hermosos invitándome a besarte en ese momento mágico. Mi mano tocaba la tuya, permitiendo un roce delicioso entre nosotros, ese punto donde nuestros tejidos chocaban, simulando lo que sentíamos, esa atracción fuerte y sincera, que nos mantenía, uno al lado del otro.
Me acerque a ti para seguir disfrutando, mi intención era besarte de forma apasionada, pero no quería que el momento terminara, así que te tome entre mis brazos y te abrace con todo el amor que se desbordaba de mi corazón, esperando poder sentir toda tu existencia en mi, esperando poder seguir ascendiendo al cielo como lo había estado haciendo desde el momento en que te vi esa tarde. Te sentí tan cerca que no recuerdo en que momento pasamos a ser uno. Tu levantaste tu mirada, con esos bellos ojos que sabes que me hipnotizan, aquellos ojos a los cuales no me resisto, para hacerme saber que también sentías nuestra unión, y me besaste con tanta ternura que aun recuerdo lo indescriptible del sabor de tus labios, disfrute cada segundo que nos besamos con dicha intensidad, hasta que esos labios rojos se alejaron de mi y tu cabeza descanso sobre mi pecho, el momento había llegado a su clímax ya no me interesaba si acaba el sentimiento, solo sabia que te tenia conmigo y que recordaría por toda la vida este momento.

No hay comentarios:
Publicar un comentario